25 febrero 2006

Bienvenidos


En este monte no sólo hay encinas, también lo pueblan otros árboles y arbustos grandes y pequeños, cuyo follaje matiza el conjunto con la riqueza plural de texturas, colores, formas, aromas y habitantes. Sí, porque los árboles como los bosques son hogares que acogen la inmensa multiplicidad de seres que nacen, crecen, viven y mueren en su regazo. En él se extienden tapices de suaves pastos o ásperos abrojales. El cielo es su horizonte, emergiendo entre las copas, un horizonte que no se ve a lo lejos, frente a la mirada humana, sino más allá de lo alto.
Los saluda con afecto,
La pequeña encina.