05 abril 2008

Oceánida


El mar, lleno de urgencias masculinas,
bramaba alrededor de tu cintura,
y como un brazo colosal, la oscura
ribera te amparaba. En tus retinas
Y en tus cabellos, y en tu astral blancura,
rieló con decadencias opalinas
esa luz de las tardes mortecinas
que en el agua pacífica perdura.

Palpitando a los ritmos de tu seno,
hinchóse en una ola el mar sereno;
para hundirte en sus vértigos felinos

Su voz te dijo una caricia vaga,
y al penetrar entre tus muslos finos,
la onda se aguzó como una daga.


El autor del poema es Leopoldo Lugones
La pintura es L'Oceano de silenzio, óleo en tela azul de Enkartist

1 Comments:

At 8:08 a.m., Blogger jorge gómez said...

Hermoso, como siempre

 

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