30 junio 2006

Sólo veré tus ojos

Por las noches me despierto agitada. Siento que estoy agonizando, en ese cuarto estrecho donde me han amarrado a una cama. Bajo los efectos de los narcóticos que me inyectan, veo tu rostro acercándose al mío. Tus ojos verdes descoloridos, encolerizados, brillantes de odio y rojos de resentimiento, se detienen en mi mirada moribunda. Nunca hasta ahora presentí tu cara espejada en mis pupilas; siempre huidizo hoy no me rehúyes, ya no precisas ocultarme tus intenciones. El ápice de razón que conservo para no hacer aquello a lo que quieres obligarme con estos tormentos, me anuncia que ha llegado el momento final. Sí, claro que entiendo: ha llegado la hora en que debo morir.