01 marzo 2006

Así soy yo


Soporta ambientes secos y fríos y huye de las zonas encharcadas.Es el árbol preferido de gran parte de la fauna ibérica cómo refugio o atalaya. Su figura y su recio carácter dan color a muchos paisajes castellanos, formando parte fundamental de ricos ecosistemas. Sus usos son variados y apreciados desde antaño, para muestra sirva que sus preciados frutos las bellotas, confieren textura y sabor al mejor jamón del mundo. Entre las principales acciones y aportaciones del encinar a su medio destaca su valor protector y su función creadora de suelos óptimos, por la densidad, espesor y consistencia de su cubierta, por la potencia de su sistema radicular, y por su transpiración reducida al mínimo. La importancia de esta función sube de punto al ocupar el área del encinar extensas zonas semiáridas o de clima continental extremado. La acción fertilizadora y termoreguladora de cada árbol, que se extiende no sólo al espacio ensombrecido por su copa, sino a un diámetro aproximadamente doble del ocupado por su copa, que viene a coincidir con la extensión de las raíces. Impide la erosión, fortalece la estructura del suelo, aminora la fuerza del viento. Regula escorrentías y recarga los acuíferos subterráneos especialmente cuando el encinar es denso. Potencia los pastos y es el lugar donde aves, mamíferos, lagartos, insectos, etc. conviven, y sin el cual esta variedad faunística y esta riqueza ecológica dejaría de existir.