29 marzo 2006

The last conductor of the candle


Día tras día
de raíz arrancaba de mí todo cuanto no te fuera indispensable.
Ahora resueno
con el más ligero toque-leve, azul-plateado.
Soy hueca
como una estatuilla china con las palmas de las manos vueltas hacia arriba.
Alcánzame
-soy ahora una pareja perfecta para ti-
Cuanto fue, nunca fue.
Idénticos somos en nuestra inocencia
- adentro ni una traza de lodo-.
Los tiestos crepitan ligeramente
cuando camino descalza, como la Sirenita, a través de mi pasado.

Oksana Zabuzko